EL UNIVERSO DE J.R.R.TOLKIEN(3) ,por Raül Bocache

Vamos a finalizar con el repaso al Universo mitológico de J.R.R.Tolkien en este tercer reportage a las diferenes Edades, hoy para terminar lo haremos con Las Edades del Sol, y todo ello escrito brillantemente por Raül Bocache,

Las Edades del Sol

Aunque las Edades del Sol son el núcleo principal de prácticamente todas las historias de Tolkien, este astro no surge en el cielo hasta la trigésima edad valeriana, es decir, 30.000 años humanos después de la Creación de Arda. Aún así, el tiempo transcurrido en años solares es muy extenso. Al final de la Guerra del Anillo y de la Tercera Edad del Sol habrán pasado 7.063 años humanos.

Después de que Melkor y Ungoliant destruyeran los Árboles de los Valar, Yavanna Dadora de Frutos, y Nienna, la Plañidera, consiguieron extraer de sus restos arruinados una única flor de plata llamada Isil la Refulgente y un único fruto dorado llamado Anar el Fuego de Oro. Fueron colocados en grandes recipientes forjados por Aulë el Herrero y, en el año 30.000 de la Creación de Arda, estos brillantes recipientes fueron llevados a los cielos. Eran el Sol y la Luna y a partir de entonces iluminaros todas las tierras de Arda.

El Amanecer del Sol señaló el Despertar de los hombres. Despertaron en un lugar llamado Hildórien, la “tierra de los seguidores”, al otro lado de las Montañas del Viento. Este nuevo pueblo no podía compararse con los elfos en cuanto a fuerza de cuerpo y alma. Eran mortales y su vida era breve, incluso comparada con la de los enanos. Compadecidos, los elfos enseñaron a estas gentes enfermizas todo lo que pudieron, pero terminaron descubriendo que en su mortalidad residía una fuerza secreta. Porque esta raza resultó ser más adaptable a las exigencias del mundo cambiante y, a pesar de morir fácilmente y en gran número, también se reproducían más rápido que cualquier otra raza con excepción de la de los orcos. Los mejores y los más fuertes de la raza de los hombres fueron los edain, aquellos que llegaron primero a los reinos eldar de Beleriand.

En la Primera Edad del Sol, hubo una pugna por la posesión de los Silmarils (gemas robadas por Melkor) que desembocó en la Guerra de las Grandes Joyas. Este conflicto duró seis siglos y en ella destacaron seis grandes batallas.

Cuando Morgoth acabó con los Árboles de la Luz, se apoderó de los Silmarils y huyó a Angband unos 20 años humanos antes del inicio de la Primera Edad del Sol. Las Guerras de Beleriand comenzaron una década después, cuando Morgoth envió sus legiones de orcos contra los elfos de Beleriand. Aquélla fue la Primera Batalla, en la que las hordas de orcos fueron derrotadas al fin y rechazadas a Angband. La Segunda Batalla tuvo lugar 4 años humanos antes que surgiera el Sol y recibió el nombre de “Batalla bajo las Estrellas”, Dagornuin-Giliath. Las fuerzas de Morgoth salieron al encuentro de los recién llegados elfos noldor en Beleriand noroccidental. A pesar de ser inferiores en número, los noldor lucharon ferozmente durante diez días. Mataron a todos los que les plantaron cara y obligaron a los demás orcos a retirarse. En el año 56 de la Primera Edad del Sol, las fuerzas de Morgoth habían recuperado la suficiente potencia como para enviar un ejército mayor que los dos anteriores juntos. Esta Tercera Batalla recibió el nombre de Batalla Gloriosa, Dagor Aglareb, porque los elfos, además de vencer a las legiones orcas de Morgoth, les cortaron la retirada y las aniquilaron. La victoria fue tan completa que, durante casi 4 siglos, los elfos sitiaron Angband. Durante este período se produjeron incursiones de orcos en Hithlum y, en el 260, Glaurung el Dragón intentó un ataque, pero durante casi todo el tiempo reinó la paz en Beleriand. Cuando al fin Morgoth rompió la larga paz, estaba realmente preparado. En el año 455, sus legiones de orcos estaban mandadas por balrogs y dragones. Ésta fue la Cuarta Batalla, llamada Batalla de la Llama Súbita, o Dagor Bragollach. Fue seguida por la Quinta Batalla, la Batalla de las Lágrimas Innumerables, o Nirnaeth Arnoediad. Estas dos batallas terminaron con una victoria aplastante de Morgoth y significaron la destrucción de todos los reinos élficos de Beleriand. En el 496, y 511 fueron saqueadas y arrasadas Nargothrond, Menegroth y Gondolin respectivamente.

Durante casi un siglo, Morgoth tuvo controlada la Tierra Media. Al fin, los Valar y los Maiar no pudieron tolerar más su maldad y en el año 601 llegaron por tercera y última vez para hacer la guerra al Enemigo Negro en un cataclismo que recibió el nombre de Guerra de la Ira y Gran Batalla. El conflicto fue tan terrible que no sólo Angband fue destruida también Beleriand quedó inundada y se hundió por fin bajo el Mar Occidental. Así terminó la Primera Edad del Sol.

La Segunda Edad del Sol fue la Edad de los númenóreanos. Descendían de los edain de la Primera Edad y a quienes los Valar habían entregado la tierra recién creada en mitad del ancho mar que separaba la Tierra Media de las Tierras Imperecederas y que se llamaba Númenor.

A los númenóreanos se les concedió una esperanza de vida mucho mayor que la de los humanos corrientes, y con el paso de los siglos su poderío y riqueza crecieron, y su marina navegó por todos los mares del mundo mortal. Númenor, que a menudo se traduce por Oesternesse, era llamada también “tierra de los dones”, “tierra de la estrella” y Atlantë, porque era, de hecho, la reinvención de Tolkien del antiguo mito del continente perdido de Atlantis.

Númenor era una isla con forma de estrella de cinco puntas. En su punto más estrecho medía 400 kilómetros de anchura y casi el doble en el punto más ancho. Se dividía en 6 regiones: una por cada península y una sexta que era el centro de la isla, donde se alzaba la montaña sagrada, Meneltarma, o “pilar del cielo”, la cima más alta de Númenor. El primer rey de Númenor fue Elros, hijo de Eärendil y hermano gemelo de Elrond Medio Elfo; esto fue porque, al final de la Primera Edad, cuando los Valar dijeron a los gemelos Medio elfos que debían elegir su destino, Elrond escogió el de los elfos inmortales, mientras que Elros se convirtió en rey de los edain mortales. Sin embargo, al ser Medio elfo, se le concedió una vida de 500 años y gobernó como rey de Númenor hasta el año 442 de la Segunda Edad.

Mientras los númenóreanos iban prosperando, los Altos elfos que habían sobrevivido a los conflictos de la Primera Edad y que quisieron quedarse en la Tierra Media se reunieron bajo el estandarte de Gil-galad, el último Gran Rey Elfo, en el reino de Lindon. Muchos de estos elfos viajaron hacia el este y fundaron nuevos reinos. Establecieron reinos entre los elfos silvanos del Bosque Verde el Grande y también en el Bosque Dorado de Lothlórien en la cuenca del Anduin. En el siglo octavo, los elfos noldor de Celebrimbor establecieron el reino de los Herreros elfos de Eregion, justo al oeste del reino enano de Khazad-dûm. También Sauron el Hechicero permaneció en el mundo mortal y se esforzó en ser el sucesor de Melkor como señor Oscuro de la Tierra Media.

En el año 1000, Sauron comenzó a crear en secreto su reino maligno de Mordor, esclavizando a las razas de hombres bárbaros del este y del sur y reuniendo orcos y otros seres malignos en su reino. También comenzó a edificar la Torre Oscura de Barad-dûr. Sauron asumió una hermosa apariencia bajo el nombre de Annatar, que significa “señor de los dones”, e intento seducir a los elfos con su sabiduría y su poder. Sólo Celebrimbor y los Herreros elfos de Eregion creyeron el engaño y en el año 1500 de la Segunda Era bajo las instrucciones de Sauron, comenzaron a forjar los Anillos de Poder. Cien años después, los Anillos ya estaban acabados; Sauron regresó a Mordor donde terminó la construcción de la Torre Oscura de Barad-dûr y forjo el Anillo Único, con lo que se convirtió en el Señor de los Anillos.

Cuando los Herreros elfos se dieron cuenta del engaño, se rebelaron contra él y entre 1693 y 1701 se libró la sangrienta Guerra de Sauron y los elfos. En esta guerra Sauron mató a Celebrimbor y a la mayoría de los elfos de Eregion. Los enanos de Khazad-dûm evitaron la guerra y cerraron sus puertas al mundo exterior. Desde entonces, el reino oculto se conoce con el nombre de Moria, el “abismo negro”. Los pocos elfos que sobrevivieron fueron guiados por Elrond Medio elfo a las estribaciones de las Montañas Nubladas, donde fundaron la colonia de Imladris, que los hombres llamarían más tarde Rivendel.

Tras la victoria, Sauron reunió sus fuerzas y marchó contra Gil-galad de Lindon, pero en el ultimo momento, una imponente flota de númenóreanos se unió a las fuerzas élficas, y el ejército combinado aplastó las fuerzas de Sauron y él tuvo que retirarse a Mordor.

Durante los siguientes 1000 años, Sauron se dedicó a las tribus bárbaras de Orientales y haradrim, extendiendo su tenebrosa sombra por el mundo. Entre los salvajes reyes de estos pueblos, y entre los númenóreanos negros, distribuyo los Nueve Anillos de los Hombres Mortales. Al llegar el siglo XXIII ya se habían convertido en los Nazgûl, sus principales siervos malignos, llamados por los hombres Espectros del Anillo.

En el año 3261 de la Segunda Edad una potente armada de númenóreanos tocó puerto de Umbar y marchó sobre Mordor. Sauron al ver que no tenía nada que hacer con ellos bajó de la Torre Oscura y se entregó. Los númenóreanos lo cargaron de cadenas, lo llevaron a su reino y lo encerraron en el más profundo y seguro de sus calabozos. Pero Sauron, por medio de la astucia,  consiguió lo que no le fue posible por la fuerza de las armas: aconsejó falsamente a los orgullosos reyes númenóreanos y los corrompió, de manera que llegaron a hacer planes contra los mismísimos Valar. Tan eficaz resultó esta corrupción que los númenóreanos reunieron la mayor flota de barcos que jamás se había visto y zarparon hacía el oeste para hacer la guerra a los Poderes de Arda. Ilúvatar, enfurecido por este acto, hizo que la hermosa isla de Númenor se hiciera pedazos. Las montañas y las ciudades se derrumbaron, el mar se hizo iracundo y todo Númenor se hundió en una abismo acuático.

Con aquel cataclismo llegó también el Cambio del Mundo. Las Tierra Imperecederas fueron situadas más allá de las Esferas del Mundo y quedaron para siempre fuera del alcance de todos, con excepción de los Escogidos, quienes viajaban en barcos élficos por el Camino Recto atravesando las esferas de ambos mundos. Aquél fue el fin de la Edad de Atlantis, tal y como la conocemos en los mitos, y el mundo se cerró en sí mismo. Ya no era un mundo plano limitado por un Mar Circundante y encerrado dentro de un esfera de aire y éter, sino que se convirtió en el planeta esférico que nosotros conocemos.

En este cataclismo no desaparecieron todos los númenóreanos, porque como cuentan las historias, había algunos de entre los númenóreanos, mandados por los príncipes de Andúnië, que se denominaron a sí mismos los Fieles y se negaron a dar la espada a los Valar y los eldar. Guiados por Elendil el Alto, navegaron a bordo de nueve barcos en dirección este, hacia las costas de la Tierra Media, en el momento del cataclismo. Estos fueron los dúnedain, los Fieles númenóreanos supervivientes que establecieron los reinos de Arnor y Gondor en la Tierra Media.

Pronto hubo pugnas y conflictos porque, gracias al poder del Anillo Único, Sauron también escapó de la Caída de Númenor y regresó a Mordor, donde comenzó a planear la destrucción de todos los reinos élficos y dúnedain que quedaban en la Tierra Media. Como respuesta se formo la Última Alianza de elfos y hombres, y el ejército de Sauron fue derrotado en la Batalla de Dagorlad. Entrando en Mordor, la Alianza puso sitio a la Torre Oscura durante siete años hasta que Sauron fue vencido. En este último combate, el rey dúnadan Elendil y su hijo Anárion, así como el último Gran Rey de los elfos de la Tierra Media, Gil-galad, fueron muertos antes que Isildur, hijo de Elendil, cortara el dedo en el que Sauron tenía el Anillo. Con la conquista de Mordor, la destrucción de la Torre Oscura, la expulsión de los Espectros del Anillo y la caída de Sauron, en el año 3441, la Segunda Edad del Sol terminó.

La Tercera Edad del Sol comienza siendo Isildur el Gran Rey del Reino Unificado de Gondor y Arnor.

Desde el momento en que Isildur coge el Anillo Único, una parte de él se corrompe bajo los efectos de su maligno poder, pues, a pesar de ser fuerte, Isildur no pudo resistir sus promesas de poder. Aunque llegó a las laderas volcánicas del mismísimo Monte del Destino, en cuyos fuegos se había forjado el Anillo y el único lugar donde podría ser destruido, no fue capaz de arrojarlo a la lava. Isidur sucumbió a la tentación y tomó el Anillo Único par sí, de manera que la maldición cayó sobre él. En el segundo año de la Tercera Edad, Isildur y sus tres hijos mayores viajaban hacía el norte por la cuenca del Anduin, cuando su séquito cayó en una emboscada de los orcos.

Ésta fue la Batalla de los Campos Gladios en la que perdieron la vida Isildur y sus tres hijos y en la que el Anillo Único se perdió en las aguas del río Anduin. La muerte de Isildur y sus tres hijos significó la separación de los reinos de Gondor y Arnor.

Al sucumbir Isildur a la tentación del Anillo Único, la maldición de éste cayó sobre todo el pueblo dúnadan. Esta maldición dominó toda la Tercera Edad, porque el Reino Unificado no podía ser restaurado en tanto no se destruyera el Anillo Único y un único heredero legítimo (que tuviera la capacidad de resistir a las tentaciones del Anillo) fuera reconocido por todos los dúnedain. Sólo entonces volvería a gobernar un Gran Rey sobre el Reino Unificado.

Aún así, durante el primer milenio de la Tercera Edad, el poderío del reino meridional de Gondor creció a pesar de los constantes conflictos en sus fronteras y de las invasiones Orientales en los siglos quinto y sexto. En el siglo noveno, Gondor había reunido una poderosa flota que podía sumar al poderío militar de su ejército. En el siglo once, Gondor alcanzó su apogeo: rechazó a los Orientales hasta el mar de Rhûn.

Aunque el reino septentrional de Arnor nunca llevó sus frontera más allá de Eriador, prosperó hasta el siglo noveno. Entonces las disputas internas llevaron a la división del reino en tres estados independientes que acabaron peleándose entre sí.

Al llegar el siglo doce, el espíritu de Sauron había regresado en secreto a la Tierra Media, con la forma de un ojo maligno y único envuelto en llamas. Se refugió en el Bosque Negro meridional, en la fortaleza de Dol Guldur. A partir de entonces, las fuerzas de la oscuridad fueron adquiriendo más y más poder en toda la Tierra Media.

A partir del siglo trece, Arnor fue viéndose reducido por una combinación de catástrofes naturales y luchas internas. Pero la mayor de sus maldiciones fue el principal siervo de Sauron, el Señor de los Espectros del Anillo, quien se convirtió en rey brujo de Angmar y mantuvo un estado de guerra durante más de cinco siglos contra los reyes de Arnor. Al fin, en 1974, el rey brujo tomó el último reducto arnoriano, Fornost, y Arnor dejó de existir como reino. Después de la muerte del vigésimo tercer rey de Arnor, el linaje real continuó a través de los Capitanes tribales de los dúnedain.

La decadencia del reino meridional de Gondor durante el segundo milenio de la Tercera Edad se debió a tres causas. La primera fue la guerra entre Parientes del siglo quince. Ésta fue una sangrienta guerra civil que ocasionó miles de muertos, la destrucción de ciudades, la pérdida de gran parte de la flota de Gondor y el fin de su control sobre Umbar y Harad.

La segunda maldición fue la Gran Plaga de 1636 que Sauron lanzó sobre Gondor y Arnor. Los dúnedain nunca se recobraron de esta calamidad, porque fueron tantos los muertos que zonas enteras de su reino quedaron desiertas para siempre. La tercera maldición fueron las invasiones de los Aurigas en los siglos diecinueve y veinte. Estas invasiones, llevadas a cabo por una confederación bien armada de pueblos Orientales, duraron casi cien años. Aunque los Orientales acabaron siendo derrotados y expulsados, debilitaron de manera decisiva el ya disminuido poder de Gondor.

En el año 2000, el mismo rey brujo que había destruido el reino septentrional de Arnor, salió de Mordor. Con su terrible ejército atacó directamente a Gondor y tomó la torre de Minas Ithil, que rebautizó como Minas Morgul. En el año 2050, el rey brujo mató al trigésimo primero y último rey de Gondor. A partir de entonces, Gondor careció de heredero legítimo al trono y fue gobernado por la dinastía de los Senescales gobernantes.

En resumen, Arnor tenía un rey sin reino, mientras que Gondor tenía un reino, pero sin rey. Lo que es más, inspirados por la maldad de Sauron, se produjeron sucesivas invasiones y ataques por parte de los Orientales, balchoth, Sureños, númenóreanos negros, Corsarios, dunlendinos y Montañeses, contra los dúnedain y sus aliados. A esto hay que añadir el despertar del Balrog, el resurgir de los dragones, las invasiones de manadas de lobos y huargos y la creación de nuevas criaturas malignas, los uruk-hai, los olog-hai y los Medio orcos. Todos ellos se sumaron a las legiones de orcos y trolls que reconocían a Sauron como señor.

La Tercera Edad termina cuando es destruido el Anillo Único; el imperio de maldad de Sauron se derrumba, los otros Anillos de Poder se dejan inactivos y el último heredero legítimo al trono de los dos reinos es coronado Gran Rey del Reino Unificado de los dúnedain.

De esta manera, la Tercera Edad deja paso a la Cuarta; conocida como la Edad del Dominio de los hombres; una edad en la que desaparecen las últimas influencias élficas y en la que los grandes poderes se alejan, más allá de nuestra comprensión.

Desde entonces, las Tierras Imperecederas se alejan de las esferas de la existencia humana, colocando a dioses y elfos más allá de nuestro alcance y, sin duda, la física del mundo se adapta a nuestro actual sentido del tiempo y el espacio, de manera que la Tierra comienza a girar alrededor del Sol.

Hasta aquí hemos llegado, gracias a Raül Bocache esto ha sido posible, ahora solo teneis que disfrutarlo y si quereis estar informados en profundidad sobre la mitología de Tolkien, entra en el apartado El Hobbit y encontrarás toda la información sobre J.R.R.Tolkien y todo lo relacionado con El Señor de los Anillos y la tierra media.

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